jueves, 31 de mayo de 2007

Pienso, luego existes.






Esta noche he soñado contigo
es curioso, después de tanto tiempo...



En verdad, hoy he soñado con ella, después de tanto tiempo; me quedé sorprendido esta mañana cuando lo recordaba.

¿Cómo es posible que persistan en mí aún esos recuerdos, que yo imaginaba pasados y casi olvidados?
Están dentro de mí, siempre han estado y seguirán estando en mi interior, siendo mi otro yo el que los representa en mi otra realidad. Porque es una realidad; sin duda de la que me nutro y pervivo.

¿Por qué regresan de esa manera, sin yo evocarlos, sin venir a cuento?
No los recupero conscientemente; son el fruto de un mecanismo autónomo de respuesta frente alguna ansiedad que planea en el instante actual, que debe ser resuelta, y el mejor escenario y único posible es en la otra realidad.

¿Por qué, con tanta nitidez y cercanía?
Porque cualquier recuerdo vivido y recuperado, lo resucito como una realidad. Nada puede ser más auténtico que revivir la nostalgia pasada y, en general, cualquier suceso que haya sido representativo para mi otro yo, que es quien los selecciona y registra.

¿No ves que me envuelven de nuevo en la tristeza?
En la tristeza, sí, en la tristeza del alma, ya no en la tristeza de la piel, que queda subyugada por la primera, y de tal forma parcialmente mitigada.

.....

Aprendiendo día a día a convivir con mis momentos pasados y presentes; los futuros serían objeto de otra entrada. Todos ellos configuran mi ser en un equilibrio casi imposible.

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