jueves, 24 de diciembre de 2009

Yo mismo.

Escribo en este día tan significativo para la mayoría y que también lo debería ser para mí; sin embargo, es uno más dentro de un año que termina, tan intenso éste 2.009 y que tantos cambios ha traído a mi vida.

No entraré en los pormenores de la afirmación anterior pues solamente pretendo dejar constancia de este hecho, del que me acordaré durante los próximos años y espero que de una forma positiva.

Porque creo que he obrado bien y me siento contento de lo que he hecho.

Aspiro a seguir creciendo en la misma dirección por la que intento caminar desde hace un tiempo: en la de la sencillez, la del amor por las cosas simples, la de quererse a uno mismo, la de valorar cada día más las pequeñas cosas sin esperar nada a cambio, solamente mi propia aprobación y bienestar interno.

En esa dirección, reitero, voy a continuar explorando y sumergiéndome, guste a quien guste. Ser sincero conmigo mismo es de lo que más me enorgullezco; lo contrario me irrita y hace que sea mi mayor crítico, que llegue a decepcionarme.

Ánimo, Raphaël. Tú sabes bien el camino que debes seguir.

Sí, es aquel tan simple como dejarte guiar por tu formidable instinto y cuando dudes, permitir que funcione la mano del destino; él sabe elegir muy bien en esas ocasiones.