sábado, 21 de junio de 2008

Desde tu buhardilla, vigilante.

Como prometí en la entrada anterior, y, ciertamente, soy persona de cumplir lo que prometo, intento regresar con algo nuevo que contar, o al menos no distanciar tanto mis incursiones en este confesionario anónimo de mi alma efervescente.

No tengo planeado por tanto hablar ni contar nada en concreto; no he pensado de antemano lo que voy a escribir, pero estoy seguro de que algo irá surgiendo en el transcurso de este teclear incesante y sin sentido. A veces me gusta hacerlo así, sin meditar previamente, sin dirigir mi diatriba hacia alguien, dejando que una palabra me lleve a otra y así dejar expuestas determinadas frases de las que pueda subyacer algún pensamiento que ande por ahí, escondido en mí, aletargado, pusilánime en su intento de emerger a la superficie. Tímido ante la mirada atenta de esta sociedad crítica y sin escrúpulos.

Porque, podría hablar de lo de siempre, claro, cuando nombro a Raphaël y las cosas que él piensa pero calla, imagina pero no materializa, ensueña pero nunca se atreve a realizar, como tantas otras veces. Ese Raphaël que ahora mismo divisa en silencio desde su buhardilla los tejados llenos de chimeneas y salidas de las calderas de los inmuebles vecinos, dejando al menos un resquicio para que se cuele un trocito de cielo azul del inminente verano castellano. Encerrado en su propia coraza, aquella inexpugnable que él mismo pule y abrillanta en todo momento, ésa que le aparta cada día un poco más de la muchedumbre, chusma ante sus ojos inocentes que tanto le turba e incomoda cuando la obligación le arrastra como un tornado, formando una espiral o torbellino de sensaciones que luego le cuesta digerir y que llega a impedir que concilie el sueño con normalidad.

Solamente lo consigue fantaseando una y otra vez, hasta dormir.



Y ahora, retorno a la entrada que hace un rato comencé, cuando todo sigue en calma a mi alrededor, y dejo a Raphaël embelesado, cautivo de sus sentidos y anhelos.

Yo prometo que volveré pronto, de nuevo.

7 comentarios:

Gambutrol dijo...

¡¡¡Me cago en la leche!!! ¿Sabes que ma pasao? que he empezado a escribirte el comentario, sin mirar al monitor, y cuando iba a darle para enviar, miro y no había nada escrito...

Te decía que nunca he probado eso de sentarme del ordenador y empezar a escribir sin pensar en algo en concreto, pero lo probaré un día.

Y otra cosa que te quería decir... Tu deberías escribir libros, es más, me recuerdas mucho a Carlos Ruiz Zafón.

Raphaël de Valentin dijo...

Pues merece la pena escribir así de vez en cuando; seguro que algo te sale y descubres cosas nuevas.

No creo que tenga nivel suficiente para escribir libros, ya me gustaría a mí, es un tema que me apasiona y me encantaría poder haberme dedicado a ello. Pero te agradezco tus palabras, me animan y motivan mucho.

Un abrazo, Gambutrol.

Lady Caroline dijo...

Me alegro mucho que escribas más menudo.Cuando uno menos piensa, un torbellino de palabras surgen sin cesar. Ahí es el momento donde aparecen las mejores creaciones. Como ha dicho Gambutrol podrías publicar un libro con tus reflexiones.

Besos,

Caroline

Raphaël de Valentin dijo...

Hola, Caroline; gracias por tus amables palabras.

Verte por aquí es una bocanada de aire entrando por mi ventana; ven siempre que quieras.

Un beso.

Nür dijo...

Pero qué cosa más guapa!!! (el minino, que tú no lo sé, aunque por la forma de escribir... creo poder intuirte; aunque mis conclusiones al respecto las dejaremos para otro momento, no?)
Me gustaría que mis fierecillas tuvieran un jardín o un tejado por donde pasearse... sé que son felices, pero me dan pena dentro del piso :(

Salud,
Nür

Raphaël de Valentin dijo...

Sabes, Nür, cuando puse esa imagen del minino, pensé en que te iba a gustar a ti especialmente.

En tu piso son muy felices y es donde mejor pueden estar, no te quepa la menor duda; piensa que, de no vivir contigo en casa, probablemente ya estarían muertos como les pasa a la mayoría, que no llegan a los 2 años de vida de media (enfermedades, luchas, accidentes, etc.).

Por cierto, a la derecha hay una foto mía para que no digan...

Un beso.

Adriana dijo...

Wow veo que volviste antes que yo, andaba medio perdida desde la semana pasada y ya tengo dos entradas tuyas pr leer
Besos