tag:blogger.com,1999:blog-16213213632136133562024-03-13T12:50:48.816+01:00La peau de chagrinNáufragos que vamos a la deriva y no nos importa zozobrar...
® Raphaël de Valentin - May. '07Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.comBlogger74125tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-22803179111565569542020-12-01T18:21:00.009+01:002020-12-10T10:52:45.891+01:00Regreso a los orígenes.<p style="text-align: justify;"><i>Creo que siempre he sido un hombre solitario, </i>incluso cuando en épocas anteriores he llegado a rodearme de innúmeras gentes en el marco personal, académico y profesional.</p><p style="text-align: justify;">Era el hermano del medio y desde pequeño me acostumbré a estar solo, a comer en soledad, a aprender las cosas por mi cuenta, a volver del colegio a casa sin ninguna compañía, observando con los ojos y los oídos muy abiertos lo que sucedía a mi alrededor e imaginando toda clase de situaciones absurdas y cuasi disparatadas. No recuerdo bien el porqué lo hacía, pero <i>ha sido una constante en mi vida.</i></p><p style="text-align: justify;">Me fijaba en cualquier menudencia, en nimiedades que pensaba que estaban al alcance de todo el mundo; <i>entonces no me percataba de que tenía o estaba desarrollando una extraña capacidad de percepción de detalles de la realidad que me circundaba,</i> posiblemente superior a la mayoría. Además, mis sentidos se manifestaban de modo vehemente, lo que unido a la extrema sensibilidad hacia lo que me rodeaba finalmente resultara en una amplificación extraordinaria de todas mis sensaciones, aunque no era muy consciente del motivo que las originaba.</p><p style="text-align: justify;"><i>Me ha llevado mucho tiempo valorar adecuadamente y dar credibilidad a esa facultad o don del que era poseedor sin saberlo, consistente en intuir o deducir </i><i>de manera natural </i><i>aspectos relacionados con la vida que pasaba a mi lado.</i></p><p style="text-align: center;">----------------------------</p><p style="text-align: justify;">Estudié en un colegio Marista, circunstancia que con los años he analizado que ha sido determinante y ha condicionado numerosas vertientes de mi carácter. No era un alumno brillante; muy tímido y acendrado, me apasionaba la lectura y con frecuencia tomaba en préstamo libros de la biblioteca, destacando con moderación en las disciplinas de Lengua y Literatura, de Inglés, de Geografía e Historia, incluso en una antigua asignatura llamada Pretecnología. Los Hermanos nos educaban afanosamente en el culto a la Religión Católica, y eran muy exigentes en el orden, la pulcritud en los trabajos, el silencio, el respeto a la autoridad del profesor y en otros muchos valores. <i>Todo ello a mí me agradaba profundamente.</i></p><p style="text-align: justify;"><i>Confieso que esos valores que adquirí me han servido para toda la vida.</i></p><p style="text-align: justify;">Realmente me sentía cómodo bajo el abrigo de los Hermanos Maristas; eran personas estudiosas, con mucha fe, indumentaria humilde, bastante sencillas y austeras, con pocas expectativas vitales fuera del entorno del centro que habían elegido y del que en contadas ocasiones salían. Imaginaba como serían sus habitaciones individuales, de sobriedad espartana, formadas apenas por una pequeña cama, un reclinatorio, una mesa con una silla como escritorio, muchos libros y un crucifijo. Muy frías en el crudo invierno castellano.</p><p style="text-align: justify;">Recuerdo con leve nostalgia y profunda admiración aquellos paseos diarios al estilo<i> peripatético</i> que efectuaban de forma ritual algunos Hermanos alrededor del patio interior del colegio, a los que me unía discretamente para escuchar sus palabras en silencio, a semejanza de las figuras de maestro y discípulo de las religiones orientales que he conocido posteriormente.</p><p style="text-align: justify;"><i>Yo entonces deseaba ser uno de ellos, seguirlos, en aquella temprana edad alrededor de los diez o doce años</i>.</p><p style="text-align: center;">----------------------------</p><p style="text-align: justify;">El transcurso del tiempo trajo consigo la separación del entorno de aquel colegio vallisoletano que tanto me había dado y que, sin darme cuenta, había forjado mi inefable talante futuro.</p><p style="text-align: justify;">Carecí de amigos al menos hasta la adolescencia, momento en el que empecé a relacionarme con algunas personas casualmente, con motivo de la socialización inherente a las clases a las que acudía en el Bachillerato y posteriormente en la Universidad. Me aficioné con mi pequeño grupo de amigos a las tertulias nocturnas en determinadas cafeterías donde, entre discusiones, cafés y cigarrillos, pude ir mejorando en algunas cuestiones, principalmente, en el arte de escuchar, de razonar y de argumentar. Años después, un tanto hastiado, me fui apartando paulatinamente de aquella compañía y pasatiempo hasta quedarme completamente solo. </p><p style="text-align: justify;">A duras penas pude llegar en ocasiones a mantenerme en pie como consecuencia de las dificultades que inevitablemente fueron surgiendo en el devenir del tortuoso camino, aunque siempre una inusitada fuerza interior hacía que resolviera y saliera airoso de esas vicisitudes; <i>éste es el constante e indeleble tránsito por la vida, nada más</i> -me digo ahora con prudencia. </p><p style="text-align: justify;"><i>Actualmente lo veo todo como un paso vital </i><i>indispensable y </i><i>fundamental para estar aquí; s</i><i>olamente me siento bien acompañado por mi pensamiento, ese aliado que me escolta desde siempre.</i></p><p style="text-align: center;">----------------------------</p><p style="text-align: justify;">En la madurez de mi vida, <i>advierto que he retornado al inicio</i>; igualmente solitario, muy unido a la oración y a la fe cristiana, con una conducta más parecida a un monje retirado de todo; sumido intensamente en la lectura, el estudio y en mis pensamientos, con una inocencia casi virginal. Lleno de compasión por las actitudes y comportamientos humanos, sin discutir ni alzar la voz contra nadie. <i>Casi incorpóreo.</i> Siempre agradecido por las cosas que me suceden; huyendo de cuestionarlo todo. Viviendo el día a día sin pensar en nada más, como hacía en la infancia.</p><p style="text-align: justify;"><i>De manera no deliberada, h</i><i>e vuelto sobre mis pasos a los orígenes, a lo que era ya de pequeño; </i><i>a esa pureza de espíritu que no han sido capaces de desterrar ni tras el tránsito por una sociedad de apariencia devastadora que podría haberme absorbido </i><i>hasta conseguir mimetizarme con ella</i><i> y llegado a aniquilar mi esencia individual y genuina. Regreso para confiar en mis intuiciones y observaciones, </i><i>a creer únicamente en mi instinto y percepciones, </i><i>ahora desde el convencimiento.</i></p><p style="text-align: justify;">Con bondad y magnanimidad; completa vocación hacia la plenitud del alma.</p><p style="text-align: justify;">Y sigo atento de no desfallecer, de procurar no ser derrotado por algún insano estado mental que pudiera desembocar en sufrimiento estéril; de proseguir en la vía de perfeccionamiento de una suerte de <i>ataraxia </i>vital,<i> </i>considerada por algunas corrientes filosóficas griegas <i>como el principio para alcanzar el equilibrio, la serenidad y la tranquilidad. </i></p><p style="text-align: justify;">En ausencia total de deseos y temores;<i> igual que en aquella tierna niñez </i><i>que recupero, </i><i>pura y acrisolada, junto a los Hermanos Maristas de los que en mi fuero interno anhelaba formar parte y a los que nunca he querido olvidar.</i></p><p style="text-align: justify;"><i><br /></i></p>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-17316047916375309262020-10-03T18:12:00.011+02:002020-11-28T12:55:08.893+01:00Retiro.<div style="text-align: justify;"><i>Retirado, ya por completo.</i> De la vida en general, física y mentalmente; sin ataduras. Es un hecho lógico por otra parte y casi me resulta pueril comentarlo; se trata de la evolución consustancial al ser humano, que con el devenir de los años exacerba y visibiliza su esencia sin miedo, aquella por la que pasa media vida preguntándose. Observo mi transformación de los últimos tiempos como un suceso natural e ineludible en un mundo en constante movimiento; <i>nada permanece inalterable y conviene rendirse a ello sin oposición</i>. Cada una de las etapas anteriores ha sido necesaria e imprescindible para llegar a este punto; <i>ninguna fase vivida es superflua y todas las que vengan lo serán igual</i>, sin cuestionamiento posible. </div><div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;"><i>Más aún. Agradecido por todo lo que acontezca, lo que sea, como si yo mismo lo hubiese elegido.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: center;">------------------</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;">Me he retirado a una diminuta aldea vallisoletana situada en el <i>Valle del río Esgueva</i>, colindando con la comarca palentina de <i>El Cerrato</i>, casi en el límite provincial con Burgos. Perfecto lugar para apreciar la Naturaleza en su estado virginal, con la mínima intervención humana, ocupando mi día en pasear, leer, escribir. "La España Despoblada o Vaciada", lo llaman ahora. Bien; podría decirse que formo parte de ella, <i>aunque no me sienta ya parte de nada.</i> Los días son todos iguales y las estaciones las contemplo en su esplendor y belleza, puras y radicales. Vida sencilla y rutinaria, rodeado de personas en su senectud. <i>Solitarios y serenos todos.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;"><i>Aquí sucede todo, o nada, pero no necesito más. Aquí soy. </i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Además de narrativa, en los últimos años me he sumergido con sumo agrado en la lectura de libros de ensayo, filosofía y religiones que me han enseñado y ayudado a entender algunas cosas, <i>pocas pero importantes, que antes escribía puramente por intuición</i>. Realmente, soy el producto resultante de esas lecturas, al igual que de los valores transmitidos por mis padres y por los educadores posteriores, y de las experiencias vividas; nada más. Empero, creo que mis palabras no aportan gran cosa y pueden sonar poco originales a lo expresado desde hace varios siglos por muchos escritores. Todo ha quedado perfectamente dicho por nuestros antepasados, recogido en las culturas orientales, griega, romana y subsiguientes. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>Leemos para ampliar nuestra ignorancia, para ir sabiendo que no se sabe.</i></div><div style="text-align: justify;"><i><br /></i></div><div style="text-align: justify;">Soy consciente de que apenas he llegado a sobrevolar ciertas ideas dentro del vasto conjunto de escuelas, autores y textos que uno puede ir descubriendo hasta perderse. Con serenidad, dedicaré el resto de mi vida a seguir profundizando en ellas de manera individual, en continuo aprendizaje y progresión, a sabiendas de que <i>mi sitio es el anonimato y la lejanía de los focos, la soledad de quien elige ser el último hombre reconocible</i> en una sociedad con unos valores distintos, seguramente más apreciados y valiosos que los míos. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;">------------------</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La vida es muy sencilla, demasiado simple, en verdad; nos complicamos cuando lo cuestionamos todo. <i>No hay preguntas, no hay respuestas; no hay nada.</i> <i>Solamente somos, estamos.</i> De paso. Fin del estado mental de eterna duda y preocupación que nos asalta y posee.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Sí, aquí estoy, <i>sin ponerme adjetivos ni etiquetas; sin juzgarme</i>. Siendo más yo, simplemente, o lo que sea que fuere yo, si algo soy; lo ignoro y no me importa, dejando de lado lo demás. <i>Vivo de forma inercial, permitiendo que todo fluya y consintiendo que todo suceda, sin requerir más; no fuerzo nada, no cuestiono nada, lo acepto todo, sin fatiga ni temor. Evitando instalarme y ensañarme en el sufrimiento como principio vital. Con toda la gratitud humana posible.</i> Ahora sí que me he despojado de todo: <i>de mi apariencia, de mis compañías, de mis deseos; hasta de mis opiniones</i>. Es difícil que algo me turbe o inquiete; de ser así, lo aceptaría alegremente dejando que ese sentimiento se expresara en mí con plenitud, sin cortapisas, sin ocultarlo ni enmascararlo mentalmente hasta enquistarlo, con una sonrisa de agradecimiento por su presencia. Meditando y respirando conscientemente si fuera necesario. Con la <i>oración continua</i> como <i>leitmotiv </i>de mi existencia. Aprendiendo de todas las situaciones y cosas. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya no hay nada bueno ni malo, bonito o feo, ganar o perder, que me guste o disguste, que ame o que odie; <i>todo lo percibo bajo el prisma de su relativismo intrínseco</i>. Vocablos en apariencia antagónicos como la felicidad y la tristeza, la vida y la muerte, el amor y el desamor, son términos vacíos, carecen de sentido; ambos supuestos polos forman parte de un mismo todo dual. <i>La </i><i>soledad, </i><i>el silencio, la </i><i>quietud,</i><i> la presencia, la gratitud, la serenidad, el desapego, la compasión,</i> son algunos de los pocos conceptos que permito que residan en mí. <i>Todo me conduce finalmente a vislumbrar la paz interior, que trasciende y supera a la felicidad. </i>La queja, el enfado, la ira, la culpa, no existen. No hago un esfuerzo por controlar las emociones; no evito que nazcan ni rehúyo de ellas, aunque raramente se presentan en forma de sufrimiento y languidecen ante mi perenne estado de gratitud cuando ello ocurre.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: center;">------------------</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La mente humana conceptualmente es sin duda un regalo divino, una potente herramienta cuya maquinaria puede funcionar de modo asombroso; solamente hay que ver los progresos realizados por la civilización durante siglos. Pero en su excelso poder reside su debilidad; el uso cotidiano que el hombre otorga a su cerebro lo impele hacia el abuso, el descontrol de las emociones, hacia comportamientos estereotipados que solamente conducen a actitudes patológicas que los psicólogos conocen bien y llenan sus consultas.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Únicamente tenemos el ahora, un momento muy definido y concreto, pero a su vez infinito e imperecedero, que precisa de toda nuestra atención. <i>Vaciar la mente, no hacer nada, dejar que todo transcurra a su libre albedrío, escapar del condicionamiento del karma, estar en completa simbiosis con la Naturaleza de la que todo emana y formamos parte, liberándonos de una inquietud constante, puede ser el inicio de un </i><i>largo y llano </i><i>camino en plenitud espiritual.</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">No sabemos el tiempo que Dios permitirá a nuestro cuerpo físico seguir presente en este mundo, por lo que yo Le agradezco cada mañana al despertar, muy temprano, y durante el resto del día, el <i>maravilloso privilegio de estar vivo</i>, sea por el tiempo que sea.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>Aquí, ahora, en mi retiro.</i></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div></div></div></div></div>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-67657867648823194322015-06-29T11:58:00.000+02:002015-09-14T12:30:15.266+02:00Crepúsculo de vida.<div style="text-align: justify;">
<i>"Aquello que no escribas, nunca quedará dicho y probablemente </i><i>acabará </i><i>en el olvido, Raphaël".</i><br />
Muy cierto; aquí dejo esto, entonces.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Abro la ventana de mi habitación al atardecer. Sigo a continuación con las del resto de la casa. Me siento a observar plácidamente el horizonte desde el mirador.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una ráfaga de aire fresco atraviesa mi morada por completo y la recorre de un extremo a otro. Cierro ahora los ojos, lentamente, pasando así a ocupar otra dimensión. <i>Últimamente te ocurre esto a menudo, lo sabes - me digo. </i>De pronto, pareciera que esa ráfaga invadiese la casa convirtiéndose en torbellino, que la agitara desde sus cimientos e hiciera que se levantara y desprendiese como emergiendo, transportándola cual unidad conmigo dentro, de momento inerte e indolente, sobrevolando el valle.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Decido entonces seguir con esta ensoñación consciente, dejándome llevar y escapando al vuelo por una de las ventanas contemplando el maravilloso panorama desde el plano cenital que ante mis ojos se ofrece. <i>Me elevo en altura. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La casa ha quedado a esta distancia empequeñecida, sobrepasada y absorbida por el sublime paisaje rural de campos y granjas atravesados por el majestuoso río, <i>mientras planeo sintiendo el golpear del </i><i>aire </i><i>en mi cara, ignorando la noción del tiempo, disfrutando de las sensaciones y alcanzando un paroxismo casi febril.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
No sé el intervalo transcurrido cuando abro los ojos regresando a la realidad. <i>¿Qué está ocurriendo? ¿Qué me está pasando? </i>- me cuestiono lacónicamente, algo azorado, saliendo finalmente al exterior a terminar de recuperarme en una silla.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A veces, todavía me sorprendo preguntándome en qué o quién he mudado, hacia qué clase de ser he evolucionado. <i>Qué quiero, qué necesito.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Puedo responderme con facilidad. Me he convertido en alguien aburrido, invisible para la mayoría, lo admito sin ambages. Noto que la madurez se ha apoderado no solamente de mi cuerpo físico, algo ineludible por otra parte, sino que lo ha hecho también de mi percepción de la vida, monótona y rutinaria externamente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y esto, paradójicamente, me reconforta enormemente, dicho sin ademanes bruscos ni exaltaciones pueriles y extemporáneas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es verdad que me siento amortizado, pero no es una queja; estoy dulcemente aliviado de no pertenecer ni reconocerme en este mundo, apartado conscientemente de la carrera infernal que intenta invadirnos y poseernos. No tengo nada que decir, nada que aportar a esta singular sociedad que nos rodea.</div>
<div>
<br />
<div style="text-align: center;">
***</div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya de gustos y aficiones en apariencia poco sofisticadas y novedosas, <i>solamente me conmuevo cuando me observo</i>, sentado en ocasiones como ahora me encuentro sobre esa simple silla de madera oteando el horizonte en el crepúsculo, <i>crepúsculo del sol, crepúsculo de la vida.</i> La espalda siempre protegida por el muro de piedra que disipa lentamente el calor del sol acumulado durante el día. Siguiendo el sabio consejo de alguien cercano, he comprado recientemente un par de cojines para estar más cómodo en este emplazamiento. <i>No puede ser que te muestres tan austero contigo mismo</i> - vuelvo a escucharme decir.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Sencillo, humilde, puro; así me veo. </i>Nada me turba ni inquieta en este estado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces se disuelven todas mis dudas y debilidades. <i>Sé que no necesito nada más, que esto es lo que me hace realmente feliz, la simpleza del todo en la nada,</i> sin pensamientos negativos ni anhelos vacíos de alimento para mi espíritu. No desear nada, para conseguir no tener nada, o todo, ése es el éxito de mi empresa, solamente refugiado en el saber natural o el conocimiento común.</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
***</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Luego intento exportar o trasladar esas mismas sensaciones a cualquier otro contexto, cuando me encuentro rodeado y cautivo. Sentir esa ráfaga de viento fresco del anochecer solitario que me atiza en la frente planeando. Percibir aquella visita inesperada y silenciosa del gato que se aproxima a mis piernas, mirando en mi misma dirección. Contemplar ese declinar diario de los pequeños seres vivos que habitan a mi alrededor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Me he convertido en lo que contemplo, en lo que percibo y siento; sólo en lo que me emociona realmente. Nada más.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora, puedo elegir en quién me transformo, qué piel habito en cada ocasión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Soy el río que discurre y nunca retrocede en la senda marcada, en el camino hacia su destino cierto. <i>Sereno</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Soy la mirada del gato que acude a verme cada atardecer. <i>Limpia</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Soy el aleteo de la urraca que atraviesa el valle. <i>Libre</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Soy la obrera del batallón de hormigas con la carga que transporta. <i>Humilde</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Soy la flor colorida de esa adelfa que brota incipiente. <i>Pura</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Soy la tierra que piso. <i>Porosa</i>.</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
***</div>
<br />
Soy todos ellos, y cada uno individualmente. <i>Ya formo parte de la naturaleza, únicamente. </i><br />
<i><br /></i>
<i>Sí, ahora, en el crepúsculo.</i><span style="text-align: justify;"> </span><br />
<span style="text-align: justify;"><br /></span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-24804121013181820132015-05-01T10:56:00.000+02:002015-06-29T13:14:03.112+02:00Lágrima de primavera.<div style="text-align: justify;">
Primavera. Una gota de lluvia resbala lentamente por mi mejilla. Pronto sentiré su húmeda huella sobre mis labios.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Advierto a lo lejos la presencia de esa gatita de tonos grises con patas y lomo blanco que me visita desde hace un tiempo y se aloja en mi terreno. <i>Inmutable, solitaria, sabia. </i><i>Libre, decidida, prudente. </i><i>Bella, respetuosa, frágil. </i>Se ha convertido ahora en uno de esos pocos seres a los que realmente admiro y de los que puedo aprender, imitando hasta sus movimientos y pasos. Me ha elegido, sin duda; soy su referencia y lo expreso con contenida emoción. No puedo desear nada más que su presencia y afecto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Estoy sereno, aunque a veces no tanto como quisiera.</i> Sigo vivo, consciente como nunca de mi fragilidad. Me rodean todas las emociones posibles; las percibo de forma natural. Empero, no me siento tan vulnerable; trabajo mi razón para encajar cualquier pensamiento que pudiera perturbar mi exangüe equilibrio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No me resulta difícil escribir si me encuentro tranquilo y guío mis pensamientos. Es entonces cuando tengo que contener la explosión de palabras e ideas que emanan de mi interior. Todo está previamente almacenado en mi cabeza, todas las vivencias desparramadas en ella, efervescentes, a punto de ebullición. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Las emociones, viajan conmigo. </i>En estado permanente de agitación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Tengo que escribir. Necesito escribir. Necesito crear.</i> Como sea, en el contexto y soporte que fuere preciso, con una hoja, una guitarra, un teclado, cualquier instrumento que me lo permita, de forma física o virtual, tangible o no. Tengo que encontrar la manera de hacerlo. El proceso creativo está dentro de mí, no busca aprobación para resurgir o sobrevivir; forma parte de mi otro yo, no lo podría contener aunque lo pretendiera. <i>Déjame que lo </i><i>evoque</i><i> y luego </i><i>provoque</i><i>. Permíteme notar que me he despojado, que he dejado algo de mí expresado aquí, sea ese trocito que se desprende. </i>Debe emocionarme para ser válido; esa lágrima que emana inconsciente y recorre mi ser, una y otra vez.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Suspiro.</i> Aquí va otro pedazo de mí.</div>
<br />
<div style="text-align: center;">
***</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Llueve. La lluvia primaveral me halla sereno en mi morada. No me considero poeta ni escritor suficiente para describir lo que veo y siento. La tierra está ya sembrada. La simiente ha sido abonada y solamente es cuestión de tiempo recoger la cosecha germinada. El agua caída va a ayudar a este proceso. Escucho el sonido de la naturaleza renaciendo y de la pesquera próxima del río Duero, una vez ensanchado por las aguas del Pisuerga y el Adaja, rumbo a la frontera portuguesa.<br />
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras tanto, Grisette se ha vuelto diminuta en la lejanía, mimetizada con el ambiente. Me observa disimuladamente y la observo.<br />
<br />
<i>Todos, a la espera, sin esperar nada más que el acontecer natural de la vida.</i><br />
<i><br /></i>
<br />
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Somos lo que pensamos, soy lo que pienso.</i> Nuestros pensamientos nos definen, preceden al camino que vamos a recorrer, la manera en que las acciones resultantes van a acompañarnos en nuestra vida. En la medida en que logremos transformar las ideas e imágenes de nuestra mente en su génesis misma, así será nuestra actitud exterior. Enfrentándonos de forma endógena, podremos combatir nuestras debilidades, superar los miedos que nos acechan y paralizan.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es así por lo que ya no me inquieta apartarme del mundo, ya no anhelo regresar físicamente a la Provenza, el desarraigo no me produce ningún sufrimiento, la duda solamente me sobrevuela ocasionalmente, lo suficiente para continuar en alerta. <i>Mis desvelos se empequeñecen. Todo aparece diluido por la fuerza de mi pensamiento, a modo de pulsiones que se enfrentan con mis miedos hasta conseguir cercenarlos y luego vencerlos. Debo seguir superándome.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La aurora me sorprende esperando cada día nuevo, atento solamente a mi bienestar. Me sorprende y me permite seguir creciendo libre, como ser individual, sin formar parte de nada, <i>no categorizado, conceptualizado ni definido.</i> Me reivindico como mi único dueño, cada vez más aferrado a mis profundas convicciones.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Hoy soy libre al pensar así.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
***</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Grisette retorna ahora a mi lado, busca el sol que acaba de aparecer y se revuelve juguetona sobre la cálida piedra. Me mira fijamente, esta vez sin disimulo, mientras me siento como ella, feliz bañado en la plenitud de la incipiente primavera, en su solitaria compañía y compartido silencio.</div>
Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-64242896430597474242014-11-29T19:16:00.002+01:002014-12-11T18:29:11.079+01:00Ahogado el recuerdo.Indigno<br />
tensa situación<br />
refuerzo.<br />
<br />
Vacío<br />
ilusión fútil<br />
madurez.<br />
<br />
Desamor<br />
se rompen sueños<br />
silencio.<br />
<br />
<i>Estremecido. </i>Empiezo a ser consciente de la debilidad, de la ductilidad de la vida en la que me hallo inmerso. Apenas puedo detener esa sensación de vértigo ante lo que sucede; <i>soy el espectador privilegiado del sufrimiento que me rodea, de ese deseo vano que nos corroe, a algunos ya mesuradamente.</i><br />
<i><br /></i>
Mi existencia frágil se va marchitando, se me escapa antojadiza como el agua entre los dedos desvaneciéndose para no volver jamás. Me siento el ser genuino que lo observa casi con insolencia mientras el mundo camina y avanza en su propia dirección, ignoro si a la deriva; <i>saberlo, no me importa ya.</i><br />
<br />
Insisto, soy perfectamente consciente de ello. La savia que circula en mi interior me otorga por fin la experiencia y prudencia suficiente para regalarme una segunda oportunidad de redimirme y expiar alguna de mis numerosas fallas, de reconocerme seguro en mi mediocridad asumida para finalmente aceptarme como un ser único e irrepetible, yo también lleno de profundas debilidades y afecciones.<br />
<br />
<i>Pero, en muchos momentos, incapaz de vencer mi aflicción.</i><br />
<br />
Comienzo a superar ciertos reveses que me lastraban y que la madurez se encarga de atenuar con compasión soslayándolos, una vez que no han sido conseguidos aquellos sueños que en la vida se cruzan; quizá aquel amor que desdeñamos bajo el influjo de esa altiva indolencia, después añorado con la distancia de los años.<br />
<br />
<i>Ese dolor lacerante que me oprimía en el pecho, queda en un segundo término </i><i>mitigado</i><i>; ahogado el recuerdo, ahora atenuado.</i><br />
<br />
Me reconozco en mi labilidad, cualidad insuficiente para sujetar mis emociones y profunda sensibilidad, y que lejos de ser neutralizada o parcialmente controlada, debilitada, se dispara y emana indeleble. La prudencia adquirida se enfrenta a mis sentimientos en una lucha desigual, resultando casi siempre derrotada. Es la soledad la que me alivia del hastío que podría provocarme mi apacible pero agitada existencia; sentir que no estoy realmente solo al tenerme siempre a mí mismo, palía el camino elegido, la imperfecta pero única comunión posible.<br />
<br />
<i>Y enmudezco, solamente eso me queda ya; sublime seguridad en la que me abrigo tras la letanía de pensamientos no controlados y la vacuidad de las palabras dichas. </i><br />
<br />
<i>Pusilánime ante el designio aceptado. Protegido.</i>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-90823518539666655132013-11-14T19:15:00.003+01:002013-11-22T11:30:11.247+01:00Desde el valle del Duero. Capítulo 1.Lo sabía. Siempre me lo digo: <i>"nunca camines en contra de lo que aconseje tu instinto; no lo desoigas, o errarás".</i><br />
<br />
Tiempo atrás no siempre seguía esta máxima personal, ciertamente con notables fracasos cosechados pero agradecido pues fueron necesarios para ir perfilando quien ahora soy de manera rotunda e incontestable, como aquella vieja viga maestra de madera que tanto esfuerzo costó colocar tras varios errores y que ahora observo; sí, ésa que no se desvía jamás ni un centímetro de donde fue inicialmente concebida y finalmente apuntalada.<br />
<br />
Pues bien, la antigua aldea-nueva y sus gentes me han conquistado; me han subyugado y transformado, a estas alturas de mi vida. O simplemente me ofrecen la oportunidad de ubicarme, de descubrir la verdad de lo que se encierra en mí.<br />
<br />
Tenía razón, no era equivocado seguir mi instinto indefectible, aunque dudara. El valle me ha acogido, me abriga y transporta en su quietud, su silencio, como al río que progresa y se ensancha en su seno, bebiendo en el camino el agua generosa de sus hijos que lo afaman. La bondad y sencillez de los humildes habitantes me reconcilian parcialmente conmigo mismo tras mi éxodo y confinamiento voluntario; su sonrisa gratuita a cada ocasión se impone a los modales rudos pero sinceros, producto de la estirpe castellana: la fría hospitalidad sin el artificio de lo pretencioso.<br />
<br />
<i>Yo también sonrío y levanto mi cabeza. Esta versión de Rafael es más pura, recordándome lo auténtico que era, aquel que me habita. He necesitado tener que perderme para encontrarme realmente.</i><br />
<br />
<i>"Aquí </i><i>vas a estar bien</i><i>"</i>, me dice, ante mi sorpresa, el aldeano vecino de la tez curtida por el sol, de manos ajadas e indumentaria difícil de precisar y desprovista de cualquier oropel, mientras seca su frente recorriendo la mano sobre ella, tras haberse quitado el sombrero de paja que ocultaba parte de sus entradas. <i>No me juzga ni prejuzga, no presupone nada, ni siquiera se ha fijado en mi aspecto; me sobrevuela y todo lo sobrevuela</i>. Todo es en él espontaneidad, orgullo de tierra y vida dura rodeado de esos campos de tubérculos recién recogidos, de fríos inviernos y extenuantes veranos, en el rico valle donde las aguas del Duero lo atraviesa y riega. Allí donde el murmullo de la pesquera es el único sonido perceptible, invitando a zambullirse como antes lo hacíamos, de pequeños, entonces cuando no era algo denostado y sustituido por las masificadas piscinas y playas costeras.<br />
<br />
Sonríe levemente pero carente de vanidad; se siente seguro el paisano. Su mirada no titubea lo más mínimo; perdida en la lontananza, aunque sin mirarme, parece darse cuenta de lo que expresa la mía, una mezcla de debilidad y admiración. Callo, solamente le escucho ya, casi temblando, pues su inaudita sabiduría me embriaga, incapaz de aportar nada a sus breves palabras. <i>"Aquí </i><i>serás feliz</i><i>, Rafael"</i>, remata, deslizándolas de nuevo cual puñal en la blandura de mi alma, sobrevolando los rescoldos de la recién restañada herida, como si conociera de mi vida y circunstancias.<br />
<br />
¡Cuán desarmado me siento, tras tantos años, ante alguien que no ha necesitado apenas nada para comprender lo sencillo que es todo!<br />
<br />
Acostumbrado a tanto prohombre vomitando consejos alegremente, plúmbeos en su totalidad, proclamando tu pensamiento como verdad absoluta sin el más mínimo conocimiento ni decoro, nada ha pronunciado el buen hombre sobre él, ni una referencia a lo que hace o siente; antes al contrario, está pensando en mi felicidad. No me quiere impresionar, no lo precisa; algo difícil de conseguir por otra parte, ahora que he abandonado cualquier atisbo de comprender el pueril comportamiento inherente a la condición humana.<br />
<br />
--------------------------------------------------------<br />
<br />
<i>Despierta, Rafael; otra vida, sí es posible, como bien sabías; no vuelvas a dudar nunca más de ti. Quizás la hayas encontrado, tras tanto tiempo, viejo amigo. Te noto cambiado, pero, por primera vez, te reconozco.</i><br />
<i><br /></i>
<i>Huido, sí; y sin embargo, adaptado.</i><br />
<br />
<br />Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-87102275658236360602013-04-23T10:18:00.000+02:002013-06-14T19:18:50.541+02:00Te reconozco.<i>Camino. Paseo en solitario, vagando por las infestadas calles con mi única compañía, sin rumbo fijo.</i><br />
<br />
Contemplo a mi paso a la muchedumbre, observándola sin querer, atemorizado. Siempre lo mismo; organismos vivos, abotargados, movimientos predecibles que provocan con prontitud mi hastío. El hedonismo, ese lodazal que todo lo llena y pervierte, la ciénaga que todo lo absorbe y emponzoña. Me rodeo de un caleidoscopio de sentimientos intensos que me turban, desdeñándolos al fin.<br />
<br />
Cada vez soy más consciente de que solamente nos tenemos a nosotros mismos. Descubrirlo a tiempo es el único triunfo del que me enorgullezco, aunque haya determinado de manera irreversible mi existencia presente y futura. <i>El embate necesario para seguir subsistiendo.</i><br />
<br />
Me consuelo pensando en que llegará cada día ese momento de encontrarme conmigo, quizá ahora mismo, quizá dentro de un rato, quizá cuando termine esa obligación por la que aquel día vendí mi alma para siempre; lo ignoro. Pero levanto de nuevo la cabeza para que mi nariz no encuentre obstáculo alguno al respirar y mis pulmones se llenen de aire limpio.<br />
<br />
Salgo entonces a la naturaleza y aprecio el paisaje tranquilo, auténtico y único paraje que me abriga y protege, donde mi infinita pequeñez se ve disimulada y aceptada; el excelso oasis donde nadie me ve ya, nadie me percibe, nadie me escucha. <i>Ahí es donde me encuentro. </i>Mis compañeros son los árboles, las plantas, los animalilllos que retozan libremente, inconscientes en su sublime ingenuidad, y yo los envidio desde mi humildad, imitándolos.<br />
<br />
Y sonrío, sí, esta vez en libertad; feliz mientras escucho el discurrir majestuoso del río por su angosto cauce, antes de su desembocadura. Es cuando advierto de su silenciosa llamada y me deslizo con frenesí por las traviesas para luego recorrer la sinuosa senda que se abre paso entre la maleza, la lengua de tierra que me aproxima a su vientre, e introduzco levemente mi mano para percibir la tibieza del agua, regresando finalmente al abandonado banco de madera que me espera y recibe de nuevo en silencio, cómplice.<br />
<br />
<i>Mi único amigo, me digo, ése soy yo. Ahora te reconozco, junto a mí.</i><br />
<br />
<br />Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-4743665509762352782013-04-12T19:55:00.000+02:002013-06-14T19:18:09.802+02:00En mis manos.<br />
<i>Maduro. Envejezco. Solamente puedo estar seguro de esto.</i><br />
<br />
No sé muy bien qué más añadir; éste podría ser el resumen de lo que siento, la única certidumbre y riqueza que tras años, atesoro. El fruto de mi vida queda así determinado, el camino expedito.<br />
<br />
Es algo natural, obvio, pero lo percibo claramente y de tal modo en que, mi mente, mis manos, me guían de forma inexorable, con ineludible firmeza, por los vericuetos de la vida. Escucho mi corazón latiendo e intuyo la sangre recorrer el vano de mis arterias y venas, de lo inmóvil y atenazado que me siento a veces, de cómo me contemplo en la meditación. Atiendo a mis vísceras desempeñando el funcionamiento autónomo de mi maquinaria imperfecta, que voy conociendo y sabiendo tratar, soslayando sus dificultades.<br />
<br />
<i>Me observo, una vez que he resuelto y abandonado, por fin, displicente, con la observación de lo que me circunda.</i><br />
<br />
Empero, no me llena de aflicción encontrarme cada día con mi yo más profundo; el tiempo hace reconocerme y aceptarme casi completamente, liberado y despojado ya de todas mis ataduras, enajenado de todo, hasta la alienación. Ahora que me he apartado absolutamente, que no me queda nada, ya no preciso decidir; todo lo tengo, nada necesito. Ni siquiera la muerte me importa, no me impresiona.<br />
<br />
<i>Antes no deseaba ya nada, ahora estoy desposeído de todo, salvo de mí mismo.</i><br />
<br />
Decir que la vanidad ya no habita en mí, resultaría en este contexto hasta pueril; la prudencia todo lo llena y completa. Incluso la humildad y sencillez del mendigo me emociona y estremece, inspirándome.<br />
<br />
<i>Me siento profundamente austero.</i><br />
<br />
Tú estás ahí viéndolo, sintiéndolo; desde la cercana lejanía de tu atalaya sigues con atención lo que mis cada vez más, manos frágiles, expresan. No, no me olvides, mientras suena ese piano al fondo tan triste, melancólico, real, como la vida misma en la que mi cuerpo debilitado respira y mi alma sobrevive encerrada, a la espera de la liberación. Sí, cohabitando físicamente con lo que me enfrenta de forma perenne, pero de momento; ya sin disyuntiva, con la decisión tomada en mi interior.<br />
<br />
Y lloro intensamente al reconocerme en este preciso momento, como antes lo hacía, más puro, genuino, único. Sobrecogido.<br />
<br />
Pero aún, lleno de dudas que tendré que resolver en solitario, conmigo mismo, descastado de todos y todo, preguntándome y respondiéndome, a veces al filo del desfallecimiento, asido con fuerza a mi destino.<br />
<br />
<br />
* Para mi apreciada Carmen; sin atisbo alguno de inquietud, tú me has aportado esto: la aceptación, la lectura, el aliento certero para escribir; el tortuoso, abstruso pero único y maravilloso camino a la sabiduría que, a día de hoy, aún ignoro si alguna vez lograré siquiera acariciar.<br />
<br />
<br />Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-26950137926974153922011-01-26T12:44:00.009+01:002011-04-11T13:02:50.231+02:00Ensayos Haiku<div align="justify"><span style="color:#333399;">Indigno </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">tensa situación </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">refuerzo.</span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">Vacío </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">ilusión fútil </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">madurez. </span></div><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">Desamor </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">se rompen sueños </span></div><br /><div align="justify"><span style="color:#333399;">silencio.</span></div>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-42106687200144583932010-12-02T11:53:00.045+01:002011-04-11T12:41:44.893+02:00Germinal.<span style="color:#333399;">La Provenza, además de ser un lugar maravilloso, con unos paisajes llenos de belleza, es algo más: <strong>un sentimiento</strong>. ¿Cómo explicar su embrujo, si aún no ha conseguido hechizarte?</span> <span style="color:#333399;"></span><span style="color:#333399;"></span><span style="color:#333399;"></span><span style="color:#333399;"></span><a href="http://1.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/TPeGw6BMY8I/AAAAAAAAAUg/gKAwGI-PxBA/s1600/050420101482.jpg"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 300px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5546049640896160706" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/TPeGw6BMY8I/AAAAAAAAAUg/gKAwGI-PxBA/s400/050420101482.jpg" /></a> <br /><div><span style="color:#333399;">Es una forma de entenderlo todo, de que todas las piezas encajen por fin; algo que se impregna y se apodera de tu ser lentamente, de forma imperceptible, cual simiente que enraíza y sirve de sedimento para la transformación de tu vida; el <em>Germinal</em> que brota y te posee ya para siempre. Reservado solamente para algunas almas especiales. </span></div><br /><div><span style="color:#333399;">Lo reconoces cuando regresas tras tu casual primera visita, y te sorprendes apreciándola en temporada de invierno; cuando te sigue sobrecogiendo su luz, su intenso cielo azulado, sus campos de lavanda y trigo, el canto de las cigarras, los <em>bouquet</em> de flores secas, sus mimosas, los cariñosos y respetados gatos, su cerámica colorida y sus luminosos cuadros impresionistas. E</span><span style="color:#333399;">sas casitas color pastel. Siempre igual, nada caleidoscópica ni mutante.</span></div><br /><div><span style="color:#333399;">La vida sencilla, las cosas rutinarias, sin esnobismos ni moderneces; el valor de la modestia y lo cálido, de los materiales puros, la madera, la piedra, el barro, el algodón; la comida frugal y sana, los tempranos amaneceres y anocheceres, el mercado provenzal de frutas y hortalizas, de cerámica y textiles, su vida cadenciosa, solitaria y silenciosa...</span></div><br /><div><span style="color:#333399;">La terraza con el <em>café-noisette</em> y baño posterior en el mar de la "<em>Riviera francesa"</em> con gente que ni sientes, casi al alba.</span></div><br /><div><span style="color:#333399;">Lo descubres en ti cuando te embarga idéntica emoción en el momento en que dejas atrás los Pirineos y te acercas por la <em>"autoroute"</em> a <em>Nimes, Arles, Salon-de-Provence, Aix-en-Provence, Marselle</em>, ... siempre a contracorriente.</span></div><br /><div><span style="color:#333399;">Cuando los silentes lugareños te ven de soslayo al pasar, te reconocen, discretos pero ufanos en su interior, y piensan <strong>"sin duda, éste ya es uno de los nuestros. Volverá".</strong></span></div><br /><div><span style="color:#333399;">Y sonríes, porque tú crees, en efecto, que has nacido para regresar allí, para vivir allí, para terminar tus días allí.</span></div><br /><div><span style="color:#333399;"><em>Sí, ya nunca podré marchar. Aún en la distancia.</em></span></div>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-81356750191276275742010-03-30T18:41:00.056+02:002010-03-30T20:47:12.703+02:00Destination: Provence 5. Rumbo a la Provenza.<span style="color:#333399;">Pronto te buscaré en la Provenza.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;">Te ensoñaré mientras atravieso la Venelle des Amoureux; perdido.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;">Recorreré lentamente la Rue des Bougainvillées admirando la belleza del paraíso vegetal; contemplándote ideal en ella.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;">Me apoyaré en la balaustrada que acompaña en su bajada al Boulevard de la Republique, con la mirada allá en la lontananza del azulado y luminoso cielo del sur; imaginándote dulce, sin descubrirme.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><a href="http://3.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/S7I_ucolggI/AAAAAAAAAUI/iXv_pK1-AQ8/s1600/22082008534.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5454492165892047362" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/S7I_ucolggI/AAAAAAAAAUI/iXv_pK1-AQ8/s400/22082008534.jpg" border="0" /></a><br /><em><span style="color:#333399;">Y meditaré sobre cuán lejos y cerca estás de mí, mientras saboreo solitario los caminos y paisajes, pensándote, recordándote. A buen seguro, estremecido, como ahora que los evoco. </span><span style="color:#333399;">Haciendo como que no existes, disimulando el gesto al pasar. </span></em><br /><p><span style="color:#333399;"><em>Sin poder, ni por un instante, olvidarte. Preguntándome, si aún sigues aquí, o te has marchado definitivamente, dejándome para siempre encerrado en mi enfermiza pasión.</em></span></p><p><span style="color:#333399;">Añorándote, sin desearte; por ello, probablemente, enamorado. Lo descubriré en tierras francesas, como siempre.</span></p>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-72373975930253945412009-12-24T22:44:00.009+01:002009-12-24T23:09:47.279+01:00Yo mismo.<span style="color:#333399;">Escribo en este día tan significativo para la mayoría y que también lo debería ser para mí; sin embargo, es uno más dentro de un año que termina, tan intenso éste 2.009 y que tantos cambios ha traído a mi vida.<br /><br />No entraré en los pormenores de la afirmación anterior pues solamente pretendo dejar constancia de este hecho, del que me acordaré durante los próximos años y espero que de una forma positiva.<br /><br /><em>Porque creo que he obrado bien y me siento contento de lo que he hecho.</em><br /><br />Aspiro a seguir creciendo en la misma dirección por la que intento caminar desde hace un tiempo: en la de la sencillez, la del amor por las cosas simples, la de quererse a uno mismo, la de valorar cada día más las pequeñas cosas sin esperar nada a cambio, solamente mi propia aprobación y bienestar interno.<br /><br />En esa dirección, reitero, voy a continuar explorando y sumergiéndome, guste a quien guste. Ser sincero conmigo mismo es de lo que más me enorgullezco; lo contrario me irrita y hace que sea mi mayor crítico, que llegue a decepcionarme.<br /><br />Ánimo, Raphaël. Tú sabes bien el camino que debes seguir.<br /><br /><em>Sí, es aquel tan simple como dejarte guiar por tu formidable instinto y cuando dudes, permitir que funcione la mano del destino; él sabe elegir muy bien en esas ocasiones.</em></span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-5915057714118142052009-10-27T09:31:00.073+01:002009-10-27T13:19:38.523+01:00¿Recuerdas?<span style="color:#333399;">Te veía de cuando en cuando caminar por la calle donde ambos vivíamos y despertabas en mí esa ingenua curiosidad y deseo de conocerte, en aquella etapa de mi vida tan enamoradiza y llena de poesía, allá por mi adolescencia. </span><br /><br /><span style="color:#333399;">Coincidíamos en la misa vespertina del sábado, situados ambos de pie a cierta distancia prudencial al final de la iglesia, en la penumbra de aquel lugar reservado para los que llegan tarden o ésos que viven su fe de manera diferente. Yo, entonces, era uno de ellos, como tú. </span><br /><br /><span style="color:#333399;">Me sentía atraído por la imagen que mostrabas, no porque fueras bella, que para mí lo eras, sino por esa mezcla de educación y simpatía que destilabas por doquier y que me tenía dulcemente subyugado, desde mi distante y silencioso anonimato. La sola presencia tuya en aquel lugar de culto endulzaba todo el ceremonioso y lento momento, llegando a caer mentalmente sobre tu manto, embelesado.</span><br /><br /><em><span style="color:#333399;">¡Qué Rafael tan distinto! ¡Cuán alejado me veo ahora de esos sentimientos! Y, sin embargo, ¿por qué los evoco ahora?</span></em><br /><br /><span style="color:#333399;">El azar me hizo conocerte años después, cuando la sensibilidad de este Rafael que habla anduvo perdida y no supo hacer caso a tus débiles señales, hoy quizás verdaderamente flagrantes. Recuerdo esa fiesta en la que te acercaste a hablarme, menos inhibida de lo habitual, o diversas ocasiones en que coincidía con terceras personas conocidas por ambos, destacándote. Yo banalizaba y sepultaba inconscientemente todo esto, aún ignoro el porqué. </span><br /><br /><span style="color:#333399;">Lo que sé desde hace tiempo es que mi destino me guía con voluntad de hierro; como una viga maestra que no se desvía jamás de donde ha sido colocada, así obedezco yo a sus férreos y crueles caprichos.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;"></span><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5397250512753768258" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 284px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/Subivth7t0I/AAAAAAAAAT4/eCGLSANaZaI/s400/enamorada.jpg" border="0" /> <span style="color:#333399;">Ayer, inesperadamente, viniste a verme y te percibí más bella, más mujer que nunca con los hombros al aire bien torneados y los preciosos pies al descubierto en esas sandalias maravillosas; con la lozanía de tu cuerpo no exenta de una nunca efímera candidez. Me desarbolaste.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Conozco algo de tu paradero y situación, que deliberadamente ocultas cuando hablamos, como si te avergonzara o no quisieras herirme, no lo sé. O tal vez porque, alguna vez, has sentido que también podía formar parte de tu vida, de una manera desconocida; esa vida que ahora compartes con otra persona pero que, adivino, imagino, sueño, no te llena. Almas gemelas, vieja amiga.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Hoy me acosté contigo en mi pensamiento y soñé dormido que nos veíamos, como siempre dibujando el ensueño o fantasía para estos casos, sentados en un apartado banco de la ciudad nocturna; mirándonos fijamente, con la alegría en nuestras caras y la ilusión en el brillo de los ojos, casi sin hablar, emanando esa casta felicidad que tanto anhelo ahora. Pura poesía, de nuevo, que trastorna e inquieta el plácido transcurrir de mi existencia marchita. </span><br /><br /><span style="color:#333399;">Sé que lo sucedido el día anterior no fue más que un gesto producto de tu exquisita educación, la que llevas impregnada desde pequeña, como cuando te veía solitaria y decidida, pura y hermosa en la pared del fondo de la iglesia, brillando con luz propia en esa oscuridad que nos rodeaba. </span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><em><span style="color:#333399;">Cuando la ilusión no me había abandonado y mis lágrimas sólo brotaban por tu ausencia, por no tenerte a mi lado, ahora que lo hacen simplemente al evocar tu hermoso recuerdo.</span></em>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-24520902864718291202009-07-22T18:09:00.017+02:002009-07-22T18:52:09.738+02:00Todo comienza de nuevo.<span style="color:#000099;">Confieso que siento cómo una nueva vida comienza en mí, desde que me trasladé procedente de ese rincón de mediocridad, oscuro y ruidoso, a la que hoy es mi nueva morada, aquí donde los pájaros son mis únicos compañeros en los amaneceres, junto con los gatos que me rodean.</span><br /><br /><span style="color:#000099;">Hoy estoy de vuelta y regreso vivo, aunque no indemne, tras abandonar aquel infierno que me impidió, por primera vez en mi vida, dormir con tranquilidad y poder contar con el sosiego que tanto he reclamado y por el que llevo años luchando, creo que hasta por fin ahora conseguirlo.</span><br /><br /><span style="color:#000099;">Raphaël se reconoce en este lugar, queda sumergido entre sus calmadas aguas donde poder encontrarse y dar rienda suelta a sus deseos, aquellos que tanto evita satisfacer, y al menos poder ejercerlos desde el pensamiento, el único aliado firme que no le procura miedos ni acorta su agitada existencia.</span><br /><br /><br /><span style="color:#000099;"></span><br /><span style="color:#000099;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5361325649853497810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 265px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/SmdBReS1QdI/AAAAAAAAATw/8ZUI-_kDWZ8/s400/canal.jpg" border="0" /><br /></span><span style="color:#000099;">Hoy Raphaël no tiene la vega cercana al río, tan cuidada y majestuosa, donde poder pasear con sus meditaciones. No, hoy pedalea al borde del canal que recorren en paralelo dos hileras de árboles, una a cada lado, y que surca con sus ruedas la tierra húmeda por la que atraviesa ocultándose del sol que le perturba y de las miradas, ajeno al bullicioso suceder estival.</span><br /><br /><span style="color:#000099;">Nuevos caminos y senderos se abren en la vida del inefable Raphaël, no sabiendo muy bien a dónde le dirige esta nueva aventura, una vuelta más de tuerca en su incesante carrera por alejarse hasta perderse en la lontananza.</span><br /><span style="color:#333399;">----------------------------------------------------</span><br /><span style="color:#000099;"></span><br /><span style="color:#000099;"><em>Hoy me pregunto dónde estás tú, si me recuerdas, si conoces mi destino y compartes ese sueño imposible que todavía me trastorna y con el que a duras penas logro asirme a la realidad verdadera; sospecho que no, y mi corazón sigue náufrago y solitario, soñándote.</em></span><br /><span style="color:#000099;"><em></em></span><br /><span style="color:#000099;"><em>Y esperándote.</em></span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-52407277723497454352009-05-14T11:05:00.063+02:002009-05-14T18:04:30.102+02:00Vuelo a ras de tu piel.<span style="color:#333399;">Ayer, a media tarde, cuando el sol primaveral se colaba plácidamente por una de las ventanas abuhardilladas de la acogedora pieza que me posibilita evadirme de todo eso que de soslayo desprecio, fue entonces cuando volví a tocar aquella guitarra.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Hacía mucho tiempo que no lo hacía, años quizás. Primero, cogí cautelosamente y con cuidado su robusta funda negra y la posé en horizontal sobre el suelo, donde una vez hube soltado sus cierres abrí la tapa mostrándose finalmente ella en toda su belleza; mezcla de cromados, color negro y madera clara en su mástil, toda brillante e impoluta como la dejé en su último viaje al mundo de la ensoñación.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Tuve que desenredar de un montón de cables el de conexión al amplificador, encontrar mi púa favorita y decidir si, finalmente, iba a meter algún pedal de efecto con sonido complementario. No hará falta, pensé; escucharla con su sonido puro y limpio, ya será una sensación suficiente. Belleza sin adulterar. </span><br /><br /><span style="color:#333399;">Conecté todos los cables y jugué un poco con los mandos del volumen, reverberación y demás del amplificador Fender, devolviéndome estos gestos muchos recuerdos del terrible potencial que atesoraba este elemento. Recuerda, Raphaël, me digo, no pases el mando del volumen de la posición nº1, o será demasiado, no pudiendo borrar la imagen del mando en el número 3, cuando cinco locos tocábamos en aquel garaje a las afueras de la ciudad, en esas tardes frías de invierno en las que mis dedos congelados apenas podían articular decentemente un arpegio y el nivel de ruido era, sencillamente, ensordecedor, demencial. Cuando la noche caía tempranamente y la oscuridad nos sorprendía entre canciones, risas, fotos y cigarrillos.</span><br /><br /><span style="color:#333399;"><em>Donde todos nos mirábamos con caras de ilusión y de emoción, entonces, cuando nos creíamos imperecederos, poderosos, casi desafiantes en nuestra sublime, eterna y primera juventud, y el paroxismo de nuestros sentidos no planteaba concesiones a la racionalidad o a la angustiosa realidad que, en verdad, nos sobrecogía y, de manera inconsciente, ocultábamos.</em></span><br /><br /><a href="http://2.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/Sgv5xKQwZqI/AAAAAAAAATA/monLl0Yrv4M/s1600-h/Guitarra.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5335632806514026146" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 352px; CURSOR: hand; HEIGHT: 288px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/Sgv5xKQwZqI/AAAAAAAAATA/monLl0Yrv4M/s400/Guitarra.jpg" border="0" /></a><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><p></p><p></p><span style="color:#333399;">Hará falta afinarla seguro, escucho en mi interior. En efecto, dudo el acorde candidato a ser probado, pero enseguida percibo que la tercera cuerda no está bien. Mi torpeza es absoluta, apenas recuerdo algo y sé que he perdido casi todo, pero no por ello dejo de ser transportado hacia lugares muy apartados de lo terrenal.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Poco a poco, mis dedos empiezan a moverse un poco más sueltos, a veces solos exploran lugares que mi razón no dirige y que me sorprenden. Me tiembla la mano izquierda, el dolor de las cuerdas metálicas clavadas en las yemas comienza demasiado pronto; claro, no hay costumbre y los dedos protestan. </span><br /><br /><span style="color:#333399;"><em>Empiezo a soñar de nuevo.</em></span><br /><br /><br />-----------------------------------------------------------<br /><em><span style="color:#333399;">Hoy, vuelo una vez más, allá</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">donde nace el mar de luz</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">que inunda su ser; la voz</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">se corta al querer hablar</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">noto el huracán temblar</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">me quema la piel a sal</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">me quema la sed de mar</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">bebo y el anhelo es más</span></em><br /><br /><em><span style="color:#333399;">Y vuelo a ras de su piel</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">que salta al romper;</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">las olas me alcanzan, </span></em><br /><em><span style="color:#333399;">me siento caer</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">el mar, se extiende a mis pies</span></em><br /><br /><em><span style="color:#333399;">Me ciega el sol</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">se clava el agua sin dolor</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">en mi mirada</span></em><br /><br /><em><span style="color:#333399;">El viento, el cielo, el tiempo, el miedo</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">vuelan junto a mí, y se van quedando atrás,</span></em><br /><em><span style="color:#333399;">tras de mí</span></em><br /><br /><span style="color:#333399;"><em>* </em>Gracias, Miguel Ángel, por esta poesía hecha música en "Mar de luz", o cómo explicar con palabras y notas lo que es amar.</span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-13300367867186421502009-04-15T16:12:00.005+02:002009-04-15T16:20:27.840+02:00No pienso cerrar el blog.<span style="color:#333399;">Queda dicho; es más, me lo digo y aquí lo dejo expuesto para mayor bochorno propio por causa de un imposible incumplimiento de promesa.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Y para muestra, un botón: puedo escribir si de eso se trata, si eso es lo que realmente quiero. Solamente tengo que favorecer las condiciones para ello y permitirme soñar un poquito más...<br /></span><br /><span style="color:#333399;"><em>Aunque solamente sea una vez más.</em></span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-37814474842782622232009-02-11T15:36:00.011+01:002009-02-11T16:14:03.713+01:00Inadaptado.<span style="color:#333399;">Visto pantalón de cuadros de diferentes tonalidades marrones y botas con cordones. Además, llevo una camisa de esas tan bonitas de tela Oxford, y un jersey color <em>beige</em> (a la RAE le parece mejor "beis", pero a mí no) que alguien querido me regaló.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;">He dejado el <em>coupé</em> en el aparcamiento cercano (a la RAE le parece mejor "cupé", pero a mí no) y recorro mentalmente esa situación que quiero resolver desde hace días y que, en parte, me quita momentos de sueño, aunque me pese reconocerlo. Dentro de unas horas, tendrá lugar el enésimo capítulo de esta novela de costumbres en la que habito, por desgracia, y mi paciencia se verá puesta a prueba, con tal de conseguir mi objetivo último. Iba a decir, ¿tan anhelado?</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><em><span style="color:#333399;">No lo digo. Maestro, practica lo que enseñas.</span></em><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;">No me siento identificado con nada de lo que veo a mi alrededor, cada día menos. Solamente me llega algo cuando recorro algunos blogs como los que están a la derecha de esta entrada; veo entonces aquello distinto que me hace creer que no estoy del todo solo... </span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><span style="color:#333399;">Queridos náufragos. Me siento parte de vosotros, aunque silencie mi presencia y mis palabras suenen a más de lo mismo.</span><br /><br /><em><span style="color:#333399;">No quiero dejar de ser genuino, por más que me empeñe en hacer creer que estoy adaptado.</span></em>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-1985182779305452932008-11-18T10:44:00.024+01:002008-11-18T11:47:41.310+01:00Próximo destino: en proceso.<span style="color:#333399;">En las últimas semanas me invade una sensación de excitación ante lo que puede acontecer a corto plazo unida a un sentimiento de adaptación a la realidad cotidiana que comienza a sorprenderme. Es como que puedo llegar a lograr el conciliar la parte más idealista de mí sin desdeñar aquella otra pragmática y que pueden ambas convivir en un turbio equilibrio, sin posiblemente soportarse, pero mirándose a la cara de frente y, por primera vez, reconociendo la necesidad de remar juntas por idéntico fin último.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Nadie dice que sea tarea fácil, antes al contrario, conocen de las dificultades del camino. En numerosas ocasiones, el ahora ya viejo discurso del abandono se cruza de nuevo por delante de mi yo más espiritual, pero en seguida sale a su paso para ayudar a zafarse de esta sensación la fortaleza que atesoro tras largos años de batallas y derrotas. También de victorias.</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Y todo esto me hace continuar hacia adelante, pensando que aquello que me rodea no es tan malo, o mejor dicho, que puedo encontrar lo bello a mi alrededor con tal de solamente buscarlo con un poco de intención, de detenerme a escuchar y ver con los oídos y los ojos bien abiertos, aunque todo ello me aparte aún más si cabe de la realidad con la que convivo. ¿O debería decir, de la mentira con la que convivo?</span><br /><br /><span style="color:#333399;">Es lo mismo. Llegados a este punto, a mí ya sólo me queda confiar en mi instinto y dejarme llevar en la dirección que me marca esa brújula particular que me guía, como aquel faro en el horizonte que alumbra y protege a las almas a la deriva.</span><br /><span style="color:#333399;"></span><br /><br /><p><a href="http://4.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/SSKbauy98hI/AAAAAAAAANI/cBTDX2mcKVY/s1600-h/proximo_destino.jpg"><span style="color:#333399;"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5269945397517611538" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://4.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/SSKbauy98hI/AAAAAAAAANI/cBTDX2mcKVY/s400/proximo_destino.jpg" border="0" /></span></a><span style="color:#333399;"> </span></p><p><span style="color:#333399;"><em>Siento que envejezco por momentos, o por mejor decir, que maduro por fin y no sé si es bueno. ¿Acepto simplemente las condiciones, transijo a cambio de un poco de paz, un instante de calma?</em> </span></p><p><span style="color:#333399;">Contestar a estas preguntas creo que me haría pagar un precio demasiado poco razonable como para que me resulte interesante sincerarme.</span></p>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-62986043941039443442008-09-19T11:57:00.020+02:002008-11-18T11:25:11.642+01:00Recomenzar.<span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Leo las últimas entradas escritas antes de mi marcha a tierras francesas y compruebo que mi esencia siempre emana y se manifiesta tras las palabras aquí sembradas; no hay duda de que soy yo: mis pensamientos, dudas y certezas me definen; mis expectativas, ilusiones y sueños en ocasiones difusos, otras claramente dibujados, me delatan. Qué bien me siento al releerme, <em>qué dulce sueño, el de estar existiendo...</em><br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Creo ahora que aquellos libros de Fiódor Dostoievski que me llevé calmaron mi sed de paz.</span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"><br /></span><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Vuelvo cargado de filosofía, de ganas de comenzar de nuevo, de nuevas ideas y proyectos; contento de que cada día me guste más quién soy, lo que hago, lo que demuestro a los de mi alrededor, de que me siento más vivo que nunca respirando libre, sin ataduras, apreciando que cada momento es único y el mejor de mi vida, cualquiera que sea el futuro o destino que me espere.<br /><br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Regreso más enamorado de la vida, de las pequeñas cosas que ésta nos da, del color de la tierra y el olor de los campos, de la luz del día y del silencio de la noche, del pequeño mundo provenzal creado en mi cabeza, sencillo, alegre, vivo, sin sobresaltos, remanso de paz y humildad en el que me siento seguro y reconfortado, al abrigo de vientos y tempestades que arrecien y hagan zozobrar mi nave. Aunque no me importe...<br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(51,51,153); FONT-STYLE: italic">Ahora me veo con fuerza para continuar, para esperar durante años lo que tenga que venir.</span><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" style="COLOR: rgb(51,51,153)" href="http://2.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/SNN-uufa1TI/AAAAAAAAAM4/QTysLGPDB_U/s1600-h/paisaje_provenzal.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5247677332035654962" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: pointer; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_mxdRPzqjaX0/SNN-uufa1TI/AAAAAAAAAM4/QTysLGPDB_U/s400/paisaje_provenzal.jpg" border="0" /></a><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">No puedo terminar esta humilde disertación sobre opiniones propias, de la percepción de mi vida, sin recordarte esta vez, sí, a ti, única e inimitable, compañera de inquietudes y lamentos, de tristezas y vigilias, de ilusiones y sonrisas. Mi pequeño oasis de seguridad, fiel aliado y escudero de mis sentimientos.<br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Deseo que esta vez me acompañes en mi nuevo viaje, ése que ahora emprendo y que debe llevarme a un nuevo mundo que más tarde recordaremos juntos.<br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">¿Te vienes conmigo? Te espero.</span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-85195221949231721462008-07-16T12:50:00.013+02:002008-07-24T10:31:06.209+02:00Mi mente ocupada.<span style="color: rgb(51, 51, 153);">Varias cosas ocupan ahora mi mente y mi tiempo. La primera de ellas, regodearme en las ganas que tengo de estar de vacaciones y marcharme lejos, como ya he declarado en ocasiones anteriores, a la Provenza-Azul francesa. Creo que este año es imprescindible desconectar de todo lo que me rodea y no conozco otra forma más fácil de conseguirlo. Y allí lo logro.<br /><br /></span><span style="color: rgb(51, 51, 153);">Sigo con más. Procuro disfrutar estos días veraniegos de la mejor manera posible, estirando las horas aprovechando que anochece tarde, lo que me posibilita ampliar el abanico de opciones disponibles en otras épocas del año. Entre ellas, pasear en bicicleta, o mejor dicho, perderme con la bicicleta, es una de mis favoritas; no olvidar durante el trayecto escuchar buena música personalizada en formato mp3 según la circunstancia. Otra de ellas es deslizarme por las carreteras secundarias en moto, antes del anochecer, extendiendo al máximo mis brazos en el manillar y viendo al sol desaparecer lentamente en el horizonte, con la sombra de los pueblos que atravieso con parsimonia, impregnándome de nuevas y tranquilizadoras sensaciones.<br /><br /></span><span style="color: rgb(51, 51, 153);">Terapia mental en estado puro.<br /></span><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://bp2.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SIg9nUIfySI/AAAAAAAAAMw/NiG-FjIO3BI/s1600-h/22072008342.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer;" src="http://bp2.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SIg9nUIfySI/AAAAAAAAAMw/NiG-FjIO3BI/s400/22072008342.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5226495113191999778" border="0" /></a><br /><span style="color: rgb(51, 51, 153);">Y también me ocupa pensar en mi futuro, en lo que haré a medio plazo, en cómo enfocaré y orientaré mis próximos pasos personales y profesionales. Vaya, lo normal.<br /><br /></span><span style="color: rgb(51, 51, 153);">Seguro que cuando regrese de mi periplo por la riviera francesa, veré las cosas con un poco más de claridad.<br /><br /></span><span style="color: rgb(51, 51, 153); font-style: italic;">O quizás no. Heaven knows...<br /></span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-48694579953461377892008-06-30T11:09:00.001+02:002008-06-30T18:18:36.877+02:00Viaje sin retorno: valoración dicotómica.<span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Esa noche dormí realmente mal. Miles de imágenes pasaban sin parar por delante, cuando mis ojos cerrados intentaban en vano ocultar todo lo que vieron esa jornada, todo lo que habían presenciado de manera tan esclarecedora.</span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"></span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Al día siguiente, el despertador creo que sonó a las siete, aunque no sé precisar si lo apagué antes de que se activara. Un viaje en tren me esperaba hacia la gran urbe, estremecido como otras veces antes, mezclado con la civilización mientras me ocultaba tras la música francesa conectada a mis oídos, la chanson française que me hacía desaparecer, me transportaba como un ausente hacia otros lugares, aquellos que pronto visitaré en el descanso estival, esos que recorreré en bicicleta para encontrarme solo ante mi mente. Sin intermediarios.</span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"></span><br /><a href="http://bp3.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SGVBlC7ArCI/AAAAAAAAAMY/IcJe55BLMdg/s1600-h/Estacion.jpg"><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216647848073931810" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://bp3.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SGVBlC7ArCI/AAAAAAAAAMY/IcJe55BLMdg/s400/Estacion.jpg" border="0" /></span></a><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"> </span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"><em>¡Cuán lejos estaré de lo que me rodea, del desdén tan intenso que me posee y me aparta del mundanal acontecer de cada día, lleno de pasiones, de miserias, de veleidades y afecciones! A veces me asusta mi voluntad osada, en extremo resuelta que no me permite integrarme en modo alguno, cuando no directamente se jacta de ello. ¡Tengo tantas ganas de abandonarme totalmente, de resolver de una vez las cuentas pendientes con este submundo de prohombres, eternos semidioses que alteran mi paz interior a cada ocasión!</em> </span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"></span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Sigo ahondando en ello, y se me antoja progresivamente más empinado de justificar y digerir.</span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"></span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Y decidiré el próximo paso, aquel que ha de llevarme a la siguiente parada, esa que luego me aproxime en el cercanías a mi destino final, sin excluir resolución alguna que a día de hoy, aún ignoro.</span><br /><span style="COLOR: rgb(51,51,153)"></span><br /><em><span style="COLOR: rgb(51,51,153)">Pero que forzosamente pasará por la disyuntiva, la valoración dicotómica del alejamiento absoluto, monacal, la ruptura definitiva, o la aproximación, adaptación y cohabitación perenne con lo que ahora estoy enfrentado. Sin ambages, cayendo con clamor en el maniqueísmo puro de una decisión basada en el todo o nada, a fuer de mis profundas convicciones.</span></em>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-51059625802744750792008-06-25T22:59:00.018+02:002008-06-27T18:37:13.684+02:00Alguien me lo dijo.<span style="COLOR: rgb(0,0,153)">Hoy, no pensaba escribir nada, pero un acontecimiento que me ha ocurrido esta tarde ha hecho que todo cambiara, y que me decidiera a ponerme a teclear esta nueva entrada.<br /><br /><em>Creo que mi vida cambiará a partir de hoy.</em><br /><br />Sé que puede sonar un poco exagerado, pero así lo creo firmemente, y es por ello que quiero dejar aquí el testimonio, <em>negro sobre blanco</em>, para que pueda releerlo muchas otras veces, como de una manera casi profética anticipaba en la entrada anterior. Para que me haga recordar que realmente sucedió, y que no debo darlo más vueltas.<br /><br />Cuando sucedía, curiosamente, sonaba de fondo una bella canción titulada "Quelqu'un m'á dit ", algo así como "Alguien me ha dicho". Su letra habla de la tristeza y del amor. </span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"></span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><strong><em>Y de la vida.</em></strong><br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"></span><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"></span><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"></span><div align="center"><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><embed src="http://xml.truveo.com/eb/i/4188540842/a/58ef677afb89fc040e3dec6de7dd6c26/p/1" width="425" height="355" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent"></embed></span></div><br /><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><em>Hoy, sin duda, me costará dormir, pero por fin podré mirar al frente. Sabiendo qué hacer y adonde ir.</em> </span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"></span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)">Y mientras, suena de fondo la guitarra y la voz, y confieso mi indisimulable emoción, que me llena y me turba. </span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"></span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><em>Me siento renacer.</em></span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-5096662622459115522008-06-23T14:28:00.040+02:002008-06-24T09:06:13.431+02:00Por mis actos me conoceréis.<span style="color: rgb(0, 0, 153);">Una nueva entrada, hoy que tengo tiempo y he cogido carrerilla... aunque de nuevo, voy a ciegas y sin dirección. A lo mejor si persisto por este camino, se convierte en algo crónico, quién sabe; el devenir de este blog es tan abierto e impredecible...<br /><br /><em>Casi como el que lo escribe, ahora sin rumbo ni dirección clara.</em><br /><br />He vuelto a leer algunas entradas anteriores de esta piel de la tristeza, <em>la piel de la vida, la piel de mi vida</em>; esos pensamientos que dejé aquí escritos hace un año, por estas fechas. En algunas frases, no reconozco cómo ni en qué estado las escribí, y me alegra poder acercarme a mi yo de unos meses atrás, como supongo que otro tanto ocurrirá con el actual en un futuro. Siempre he pensado que debe ser muy interesante poder releer tu mente varios años después. Porque sí, señores, se trata de un reflejo puro de mi mente lo que en estas cuatro paredes queda retratado, encerrado y dicho.<br /><br />A veces me planteo si seré capaz de hacer que se mantenga y perdure en el tiempo este manuscrito del siglo XXI, para mayor deleite y olvido del que suscribe, nada emparentado con la vanidad de los gestos pueriles, ni de las lisonjas gratuitas, y sí de los actos honrados y nobles.<br /><br /><em>Más aún de aquellos que me transmiten emoción.</em><br /><br /></span><p></p><p><a href="http://bp0.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SGATQGnCHdI/AAAAAAAAAL4/DAC4qNEwx58/s1600-h/5265983_faa72640e0.jpg"><span style="color: rgb(0, 0, 153);"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5215189535868198354" style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center;" alt="" src="http://bp0.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SGATQGnCHdI/AAAAAAAAAL4/DAC4qNEwx58/s400/5265983_faa72640e0.jpg" border="0" /></span></a><span style="color: rgb(0, 0, 153);"><br /><em>O quizá sucumbiré finalmente a la desgana o a lo incierto de lo terrenal, eso de lo que huyo cuando mi mente está consciente y puede abstraerse de su fatal encanto, de la pereza, del hechizo de lo humano y de los placeres efímeros, tan denostados por el alma soñadora de mi homónimo Raphaël, álter ego y protagonista absoluto de mi anodina pero intensa vida.</em> </span></p><p><span style="color: rgb(0, 0, 153);">Y sonrío, sí, imaginándome ahora leyendo estas mismas frases, ignoro en qué circunstancia, en qué emplazamiento, con qué ilusiones y con no sé bien cuáles engaños. En ese futuro que ahora mismo ya estoy escribiendo aquí, y que ni yo tengo la certeza de poder precisar. Sonrío porque me veo en este texto, mucho mejor de lo que ni a sospechar llegaría ahora a acercarme.</span></p><p><em><span style="color: rgb(0, 0, 153);">Aunque sea capaz de reconocer la ausencia de pasión que me invade y todo lo posee. No enamorado, declaro.</span></em></p>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-6729971195357948632008-06-21T20:04:00.014+02:002008-06-23T14:00:19.477+02:00Desde tu buhardilla, vigilante.<span style="color: rgb(51, 0, 153);">Como prometí en la entrada anterior, y, ciertamente, soy persona de cumplir lo que prometo, intento regresar con algo nuevo que contar, o al menos no distanciar tanto mis incursiones en este confesionario anónimo de mi alma efervescente.</span><br /><span style="color: rgb(51, 0, 153);"><br />No tengo planeado por tanto hablar ni contar nada en concreto; no he pensado de antemano lo que voy a escribir, pero estoy seguro de que algo irá surgiendo en el transcurso de este teclear incesante y sin sentido. A veces me gusta hacerlo así, sin meditar previamente, sin dirigir mi diatriba hacia alguien, dejando que una palabra me lleve a otra y así dejar expuestas determinadas frases de las que pueda subyacer algún pensamiento que ande por ahí, escondido en mí, aletargado, pusilánime en su intento de emerger a la superficie. Tímido ante la mirada atenta de esta sociedad crítica y sin escrúpulos.<br /><br />Porque, podría hablar de lo de siempre, claro, cuando nombro a Raphaël y las cosas que él piensa pero calla, imagina pero no materializa, ensueña pero nunca se atreve a realizar, como tantas otras veces. Ese Raphaël que ahora mismo divisa en silencio desde su buhardilla los tejados llenos de chimeneas y salidas de las calderas de los inmuebles vecinos, dejando al menos un resquicio para que se cuele un trocito de cielo azul del inminente verano castellano. Encerrado en su propia coraza, aquella inexpugnable que él mismo pule y abrillanta en todo momento, ésa que le aparta cada día un poco más de la muchedumbre, chusma ante sus ojos inocentes que tanto le turba e incomoda cuando la obligación le arrastra como un tornado, formando una espiral o torbellino de sensaciones que luego le cuesta digerir y que llega a impedir que concilie el sueño con normalidad.<br /><br /><em>Solamente lo consigue fantaseando una y otra vez, hasta dormir.</em></span><br /><br /><a href="http://bp1.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SF1LyBBeR8I/AAAAAAAAALo/wRK9P8xZBn0/s1600-h/Gata_sobre_tejado.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5214407266205059010" style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center;" alt="" src="http://bp1.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SF1LyBBeR8I/AAAAAAAAALo/wRK9P8xZBn0/s400/Gata_sobre_tejado.jpg" border="0" /></a><br /><div style="color: rgb(51, 0, 153);"><div><span style="color: rgb(51, 0, 153);">Y ahora, retorno a la entrada que hace un rato comencé, cuando todo sigue en calma a mi alrededor, y dejo a Raphaël embelesado, cautivo de sus sentidos y anhelos.</span></div></div><br /><div style="color: rgb(51, 0, 153);"><span style="color: rgb(51, 0, 153);"></span></div><div style="color: rgb(51, 0, 153);"><span style="color: rgb(51, 0, 153);">Yo prometo que volveré pronto, de nuevo.</span></div><div></div>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-1621321363213613356.post-63592038315225521302008-06-10T11:14:00.011+02:002008-06-13T19:58:25.236+02:00I'm still standing<span style="color:#333399;">Como diría Elton John:<br /></span><br /><span style="font-family:Garamond;">I'm still standing after all this time<br />Picking up the pieces of my life<br />Without you on my mind<br /><br /></span><span style="font-family:Garamond;">Aún estoy en pie después de todo este tiempo<br />Recogiendo los pedazos de mi vida<br />Sin ti en mi mente</span><br /><br /><br /><span style="color:#333399;">No, sin dramatizar; regreso para escribir apenas unas líneas, para prometerme y conjurarme a mí mismo que este sitio sigue vivo, que sigue abierto a todas las sensaciones que un día provocaron su apertura, allá por el mes de mayo del 2007, y que hasta he obviado su primer aniversario.<br /><br />Sigo creyendo en este lugar, en los mundos paralelos que se me abren con él, en el resto de náufragos solitarios que se abandonan conmigo en sus aguas, dejándose mecer y recuperando parte del descanso interior perdido.<br /><br />Yo, ahora, por el simple hecho de permitirme divagar sin pensar en otras cosas, me siento mejor. Creo que retornaré más a menudo, con frases o párrafos que posiblemente no cuenten nada, pero que me ayuden a volar, a encontrar la paz que muchas veces necesito y no encuentro ahí fuera.<br /><br />Aunque tú estés lejos y la huída sea mi último recurso posible, aunque te intuya más distante que nunca y casi ya no me importe lo que sientas. Porque, ¿no es todo esto que padezco sino algo más allá de la realidad verdadera, algo que imagino e invento por no sentirme solo, aunque nada de verdad exista? </span><br /><span style="color:#333399;"><br /><br /></span><span style="color:#333399;"><a href="http://bp3.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SFKwyrVx3WI/AAAAAAAAALQ/_Zmqm6NEUT8/s1600-h/ATARDECER_PROVENZA.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5211422103495105890" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://bp3.blogger.com/_mxdRPzqjaX0/SFKwyrVx3WI/AAAAAAAAALQ/_Zmqm6NEUT8/s400/ATARDECER_PROVENZA.jpg" border="0" /></a><br /><em>Vamos, Raphaël, sigue adelante. Tienes muchos motivos para saborear y deleitarte en tu vida, ese placer del ánimo o placer sensual que tú sabes encontrar en cualquier cosa. Sé que pronto huirás a tu Provenza querida; alguien me lo dijo hace poco cuando te lo escuchó susurrar mientras dormías.</em><br /><br />Pensando en ella, seguramente.</span>Raphaël de Valentinhttp://www.blogger.com/profile/09570576550199601849noreply@blogger.com12