jueves, 20 de septiembre de 2007

Estoy vivo.

Celos, yo. ¿Por qué he de sentir celos ahora, de repente? Ella no está conmigo, se trata de alguien a quien no he visto nunca y que apenas he tratado; de hecho ignoro si existe en la realidad. No puede ser.

"Celos: Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude su cariño, poniéndolo en otra."

Pues entonces supongo que no deben ser celos lo que yo experimento; será otra cosa parecida. Ya lo averiguaré.

El caso es que no me gusta pensar que ella, ese ser invisible y por tanto intangible, incognoscible y sin embargo comunicable, pudiera estar en un instante cercano con otro chico, que se viera con alguien cuando yo la imagino solitaria, melancólica y viviendo en el mundo de las ideas, enamorada del amor simplemente, alejada de todo lo terrenal. Soñadora a buen seguro.

Pero muy cercana a mí.


Sin duda me he sentido atraído por ella. O simplemente debo conservar algún residuo de locura todavía, yo que me creía tan estable y seguro. Mi corazón aún se sobresalta al percibir situaciones apócrifas, que carecen de toda razón. Así me he sorprendido, vaya imprudencia la mía.





No tomes en cuenta estos delirios que tal cual me surgen, quedan plasmados en esta hoja de papel en blanco donde escribo, apartada de miradas insensibles y convencionales. El
singular y poco insigne Raphaël parece no tener otra ocupación que no sea la de divagar.

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